jueves, 23 de julio de 2009

“Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?”—Heb. 13:6.

“Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?”—Heb. 13:6.


A veces, a causa de proscripciones gubernamentales, los cristianos verdaderos pudieran encararse a la pérdida de su empleo por la fuerza. La autoridad gubernamental pudiera exigir lealtad y apoyo incondicional al partido político en el poder. De hecho, pudiera exigir que se idolatrara al Estado. El hecho de que habría tales desenvolvimientos en el mundo se muestra en Revelación 13:16, 17, donde, en cuanto a la “bestia salvaje,” o el sistema político del mundo, leemos que a toda la gente se le pondría bajo compulsión, “a los pequeños y a los grandes, y a los ricos y a los pobres, y a los libres y a los esclavos, que se les dé a éstos una marca en su mano derecha o sobre su frente, y que nadie pueda comprar o vender salvo la persona que tenga la marca, el nombre de la bestia salvaje o el número de su nombre.”
Aunque los hombres hagan que uno pierda un trabajo, no pueden impedir que Jehová Dios conteste la petición: “Danos hoy nuestro pan para este día.” (Mat. 6:11) La pérdida de ciertas ventajas materiales no tiene que significar la pérdida de la subsistencia de uno. Jesucristo, de hecho, comprometió a su Padre a cuidar de los que ponen en primer lugar los intereses espirituales y fielmente se adhieren a la norma de Dios de lo que es correcto. Dijo: “Nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ Porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente.”—Mat. 6:31-34.

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